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La Vitalidad es el presente. Todo está en la vida y es la vida, los cuerpos mueren pero la vida continúa, es eterna. Siempre se está en medio de la vida y la vida en medio de nosotros. Nos atravisa para llegar a otros, así como atravesó a otros, para llegar hasta nosotros. La vida es incontrolable, poderosa, inalienable, misteriosa, creativa. La vida es salvaje: es el amor.



viernes, 8 de noviembre de 2013

1 MANIFIESTO de La Poesía Materialista

La POESÍA MATERIALISTA es el pasado y el futuro que desconocemos. No es solamente el presente.

Son las imágenes que duermen en los cuerpos.

Es todo lo que pueden ver nuestros ojos y lo que no ven, no han visto y quizá nunca terminarán de ver.

Es el sueño de los cuerpos.

El sonambulismo de la vida.

Son las moléculas de la retina cambiando.

Es el fantasma de la alegría que levita como un perfume a nuestro alrededor.

Son los órganos que nos esperan en el futuro

Son las alas, la cola, la cresta y las garras que una vez tuvimos y volveremos a tener.

Somos nosotros volando.
Nuestros aterrizajes.
Es nuestra teletransportación.
El baile de la
te-le-quí-ne-sis
y la
te-le-pa-tía...



lunes, 19 de agosto de 2013

¿Qué es la Voluntad de Poder?

 “Y volví la espalda a los poderosos cuando vi que lo 
que llamaban poder consistía en regatear y chalanear 
por el poder con la chusma. Me he tenido que tapar los 
oídos e irme a vivir entre pueblos con idiomas distintos al 
mío para no oírlos ni entenderles cuando se pusieran a 
chalanear y regatear por el poder."

Nietzsche. Así habló Zaratustra

A partir de elementos interpretativos: textos, claves y perspectivas, queda claro que por voluntad de poder, Nietzsche no se está refiriendo al dominio-sometimiento de los otros como finalidad de la voluntad, sino de un autodominio, de la conquista de uno mismo que era el objeto principal de la sabiduría antigua y con Nietzsche se convierte nuevamente en la finalidad más importante de la filosofía, acceder a una “voluntad libre”, a una voluntad de poder afirmativa de la vida. Interpretación que es posible hacer legítimamente desde las claves de la multiplicidad de las fuerzas, su interioridad y el título del apartado donde se menciona por primera vez el concepto. La superación de uno mismo, se refiere a un proceso fundamentalmente interno y personal, pues si se es señor se es señor de uno mismo, superando la servidumbre impuesta por los otros y concretada en la asimilación de sus valores; y si se es siervo, se es siervo de otro y de los valores impuestos por otro. De tal manera, la cuestión del poder se refiere sobre todo a la cuestión de una autarquía resultante de una autonomía o de una servidumbre basada en la heteronomía, de tal modo se puede mandar, someter o dominar a otro sin dejar de ser esclavo de los valores establecidos, la única diferencia es la de ser un esclavo vencedor o un esclavo vencido:

Nuestros señores son esclavos que triunfan en un devenir-esclavo universal: el hombre europeo, el hombre domesticado, el bufón… Nietzsche describe los Estados modernos como hormigueros, en los que los jefes y los poderosos vencen por su bajeza, por el contagio de esa bajeza y esa bufonería. Cualquiera que sea la complejidad de Nietzsche, el lector adivina fácilmente en qué categoría (es decir, en qué tipo) habría colocado Nietzsche a la raza de los<<señores>> concebida por los nazis. Cuando el nihilismo triunfa, entonces y sólo entonces la voluntad de poder deja de querer decir <<crear>>  y significa: querer el poder, desear dominar (por tanto, atribuirse o hacerse atribuir los valores establecidos, dinero, honores, poder…) Ahora bien, esa voluntad de poder es precisamente la del esclavo, es la manera como el esclavo o el impotente concibe el poder, la idea que tiene de él, y que aplica cuando triunfa[1]

Mientras la auténtica libertad y poder se definen por la capacidad de valorar desde la afirmación de la vida, siendo ella misma superación constante de sí misma (creación, cambio y devenir), con lo cual, el hombre de la voluntad de poder es aquel que encarna las fuerzas creativas y “dominadoras”[2] de la vida. Por ello, Deleuze enfatizará a lo largo de su obra que con la voluntad de poder no se busca el poder ni el dominio del otro,[3] sino, la conquista del inconciente, y con ello, de la afectividad y las propias capacidades físicas e intelectuales. Si fuera de otro modo, el aparatado donde menciona Nietzsche por primera vez la voluntad de poder se titularía “Sobre el dominio de los otros”, “La voluntad de dominar” o algún otro título relativo a la relación política con la otredad, mientras que el título asignado, La superación de uno mismo, implica la dimensión política, sobre todo, en relación con uno mismo y la ética, los valores que uno mismo se impone para la autosuperción de sí mismo y el dominio de las propias fuerzas reactivas.

jueves, 11 de julio de 2013

Literatura Primitiva en la Post-modernidad

El tiempo de hoy es el de lo post y la muerte. Es el Apocalipsis. Tan semejante a los anuncios de una religión milenarista que se promociona por televisión entre comercial y comercial, que termina por trivializar el final. De tal manera, ya es común escuchar hablar sobre todos los finales: de la historia, del arte, de la filosofía, la literatura, el estado, las identidades y las utopías... Paradójicamente relatados por la historia, la literatura, la filosofía y el arte.

Sin embargo, como un no-muerto el capitalismo y su cultura están más vivos que nunca mientras que todo aquello en lo que se sostiene muere, o por lo menos anuncia como un espectáculo (con elevadas regalías por supuesto) su agonía. Quizá Marx tenía una profunda razón que se deja ver en estos momentos liminares, cuando se refería al capitalismo con la metáfora de un vampiro que alimenta su vitalidad de la muerte en todas sus modalidades (trabajo enajenado, enfermedad, sufrimiento, barbarie, violencia y muerte física).

O quizá esta versión apocalíptica de nuestro tiempo se trate del paroxismo de una ilusión, de una locura o un sueño con el que la humanidad sustituyo la realidad, llamada modernidad. Ya que, si bien  la post-modernidad implica una crisis fundamental en la cultura y las estructuras sociales, la modernidad no agota la cultura ni mucho menos lo que el hombre es y puede vivir, a pesar de que uno de los principio de esta haya sido la cancelación de cualquier otra cultura en la creencia de que la racionalidad moderna implicaba la superación del saber llevado a su más alto grado. Así el pensamiento moderno embarcado en el entusiasmo del humanismo, racionalismo y positivismo tan pragmáticos como capitalistas niega los valores no únicamente de las otras épocas histórico-conceptuales occidentales (paradójicamente la primera víctima de oxidente es occidente mismo) sino también cualquier otra cosmovisión cultural de cualquier lugar o tiempo.

Por su parte, en la post-modernidad partiendo de tal universalidad se pretende que el derrumbe de lo que en la modernidad se construyó es el derrumbe absoluto de lo humano e incluso del mundo. Y así, se hace pasar la crisis actual como un hoyo negro con la capacidad de tragarse una galaxia, y en un descuido, al universo entero.

Antes bien y siguiendo con las analogías concibamos al tiempo presente sí como una cavidad oscura, como un espejo negro. Pero no tan afectada de dramatismo ingenuo, pensémoslo… como la boca de un caldero, sí… como un caldero al cual interrogar por el futuro, a la manera de un caldero de bruja o cualquiera de esos utensilios que en los primeros tiempos, los primeros hombres usaban  para saber el porvenir cuando era propicio o necesario.

 

martes, 4 de junio de 2013

La Anarquía Metafísica y Teológica de Baruch de Spinoza

Las concepciones metafísicas de la equivocidad y la analogía se constituyen en una filosofía trascendente de lo uno ya que ambas nociones del ser reconocen una instancia superior al ser, una instancia anterior y superior a los existentes, Dios, desde la cual parte la determinación, el orden y la jerarquización de todo lo que es en una unidad trascendental. Es decir, tanto en la concepción analógica como equívoca del ser un elemento exterior y superior al ser tanto en orden como en jerarquía determina toda posibilidad de existencia, que en los términos de ese mismo orden se convierte en la única existencia posible, ya que la única realidad posible a de ser la de ese orden. Por lo que la filosofía adquiere las características de lo uno y lo trascendente.

En el mismo sentido, estas dos nociones del ser implican la clásica concepción trascendente de Dios como Dios-padre, Dios-juez y Dios-todopoderoso, en tanto que la situación de preeminencia y superioridad en la que se le concibe con respecto al ser implica un orden creado en todas sus dimensiones absolutamente por Dios en su infinita perfección, y por ende, la creación misma adviene también un orden moral establecido desde la eternidad como un imperativo metafísico, y en el límite, un orden teleológico tendiente hacia una finalidad predeterminada desde la creación misma: la salvación o el advenimiento del mundo o la vida verdaderos. Pues todos estos elementos supeditan lo existente a la unidad y perfección divinas externas al ser, y en el límite, niegan la existencia y la vida múltiple y diferente en virtud de ese mismo uno trascendente. 

“Las filosofías de lo Uno son filosofías que implican fundamentalmente una jerarquía de los existentes, de ahí el principio de consecuencia, de ahí el principio de emanación…”[1]

…siempre es, finalmente, una diferencia entre el ser y algo superior al ser, puesto que la jerarquía será una diferencia en el juicio. Entonces, el juicio se hace a nombre de una superioridad del Uno sobre el Ser. Se puede juzgar el Ser precisamente porque hay una instancia superior al ser. Entonces la jerarquía es inscrita desde esta diferencia, puesto que la jerarquía, su fundamento mismo, es la trascendencia del Uno sobre el Ser…” [2]

Y en tanto la unidad trascendente es una unidad absoluta y la dimensión política resulta estratégica en las concepciones metafísicas, deviene elemental la determinación de lo político en los términos de la jerarquía, resultando el Estado además de una reproducción en el orden social de las jerarquías del ser, una realidad tan necesaria como legítima puesto que sí la organización política es así, fundada en la jerarquía y en la concomitante concentración de poder en la cúpula de la jerarquía, es porque así está determinado desde la unidad trascendente como un imperativo metafísico por el que se hace pasar el régimen como el único posible y su estructura jerárquica como algo además de debido y necesario como algo bueno, resultando de ello una legitimidad incuestionable. Entonces, el orden social por excelencia y necesidad, es aquel en el que la jerarquización de los individuos y el sometimiento de los más es una constante de la verticalidad política, que como el ser, funciona adquiriendo sentido y realidad desde un elemento superior que adquiere las cualidades de lo trascendente, en este caso, de lo socialmente externo, que daría origen a una diferencia radical entre los que mandan y los que obedecen en virtud de este orden.

Spinoza dándose cuenta de las implicaciones de las nociones equívoca y análoga asume una posición unívoca radical, y al involucrarse de una manera tan fuerte y profunda en el problema neurálgico de la filosofía de ese momento desemboca en las innovaciones de un pensamiento sumamente singular y visionario que al empatar plenamente el ser con Dios crea una nueva filosofía con su concomitante nueva política, a partir de una nueva concepción de Dios.

Deleuze nos dice que Spinoza concibe el Ser en una especie de ontología pura en la cual todo lo que es ser se dice en el mismo sentido, es decir, que todo lo que es participa con la misma dignidad y calidad del Ser como totalidad pues no habría un elemento externo trascendente, sino que, todo es ser en tanto que la unidad no se ubica por encima de los existentes sino que es el infinito conjunto de todos los existentes: Dios es el ser. Diferencia sustancial ya que la unidad no se encontrará más allá de lo que es sino que es precisamente eso, los existentes; idea además de desconcertante y compleja extremadamente bella, pues sin perder los atributos metafísicos más prodigiosos de Dios como son la perfección, la infinitud, la eternidad, la omnisciencia y omnipotencia, en su concepción divina Spinoza,  piensa a Dios como la totalidad infinita de todo que no es limitada o contenida por lo que no-es, sino que contiene y comprende absolutamente todo.

“Lo que me parece impresionante en la ontología pura, es hasta que punto repudia las jerarquías. En efecto, si no hay Uno superior al Ser, si el Ser se dice de todo lo que es en un mismo y único sentido, esa me parece la proposición ontológica clave: no hay unidad superior al ser y, entonces, el ser se dice de todo eso de lo que se dice, es decir se dice de todo lo que es, se dice de todo ente, en un mismo y solo sentido.”[3]





lunes, 6 de mayo de 2013

Nietzsche, Cultura Alemana y Nazismo


¡La cizaña pretende hacerse pasar por trigo!
  Mis enemigos se han vuelto  poderosos
  y han desfigurado la imagen de mi doctrina,
  hasta el punto que aquellos a quienes quiero
  más se han llegado a avergonzar de lo que
  les di…”   Nietzshce. Zaratustra                                                                                                                                                                      

En este apartado desarrollaremos históricamente la forma problemática en que se conformó el canon de interpretación de la obra de Nietzsche que predominó hasta la década de los sesentas, a partir de la lectura, primero conservadora y después fascista, desarrollada en Alemania fundamentalmente en la década de los años treinta. A través de una exposición elemental del proceso de conformación de dicho canon y su uso político, en el itinerario de la recepción germana del pensamiento nietzscheano.

La influencia de la tradición del pensamiento alemán en Nietzsche se deja ver básicamente en la primera etapa de su pensamiento que va de 1869 a 1876, en la cual, recuperando ciertos elementos, sobre todo, del romanticismo alemán va conformando su postura inicial como formador y educador de una nueva cultura alemana, haciendo propia en gran medida la causa nacional-germana, a través del grupúsculo de Richard Wagner. Esto resulta evidente, en elementos como el intenso interés por la Antigüedad clásica, sobre todo por los griegos, el pensamiento mítico y presocrático que trata de recuperar en la conformación del nuevo espíritu alemán; un esteticismo exacerbado que da un lugar privilegiado al arte -como la alternativa o como el complemento de la metafísica- y al artista -como “genio”-; una especie de culto a la naturaleza como expresión del espíritu; y una oposición al simplismo del racionalismo moderno, más que en los términos de un irracionalismo de un anti-racionalismo que reivindica otras formas de conocimiento como la intuición, la estética o el misticismo (Novalis, Hölderling, Schelling, Bachofen).


En esta fuente del pensamiento nietzscheano se hace presente de manera notable la influencia de Spinoza, ya que sus ideas abastecen conceptualmente al pensamiento primero romántico y después ilustrado del idealismo alemán, y dan la pauta de orientación a una parte fundamental de los debates entre sus integrantes. Todo esto tiene lugar con la aparición abierta del pensamiento de Spinoza en la filosofía, que tiene lugar en la Alemania del siglo XVIII con la disputa en torno al panteísmo (Streit der Panteismus) y da lugar a lo que se conoce como la primera Spinoza-Renaissance,[1] un episodio fundamental del pensamiento alemán, en el cual, reaparece en la escena del pensamiento filosófico la figura del supuestamente olvidado “perro muerto”, Baruch de Spinoza, al discutirse la preeminencia de Spinoza en la filosofía paralelamente a la integración sistemática al pensamiento alemán de muchas de sus ideas.




jueves, 14 de marzo de 2013

Lo Político en Nietzsche


“El combate espiritual es tan brutal
como la batalla de los hombres.”
             Arthur Rimbaud

“Es la guerra, pero la guerra sin pólvora y sin humo, sin actitudes bélicas, 
sin pa­thos ni miembros dislocados, todo eso sería aún «idealis­mo». Un error 
detrás del otro va quedando depositado sobre el hielo, el ideal no es refutado, 
se congela..."     Nietzsche

Los dos ámbitos en que consideramos se desarrolla lo propiamente político del pensamiento nietzscheano: uno ético-individual y otro político-civilizatorio. Dos líneas de engranaje en las que funcionan los conceptos políticos nietzscheanos adquiriendo todo su sentido crítico, pero sobre todo, emancipatorio.

Desde sus fundamentos el pensamiento de Nietzsche se politiza en el sentido profundo del término, es decir, se constituye en una profunda meditación del poder. Como ya lo indicamos, su pensamiento parte de una concepción ontológica del mundo radicalmente positiva, en la cual, el “ser” se caracteriza por la potencia y productividad de sus fuerzas que son el mundo, los elementos del mundo, y por ende, el hombre mismo: “la voluntad de poder.” Paralelamente, el otro factor que define el carácter de esta meditación sobre el poder es el cuerpo, como epicentro del pensamiento, que orienta completamente la concepción del poder en un sentido radicalmente inmanente, puesto que es desde el cuerpo, en la forma de concebir sus potencialidades inherentes y su existencia concreta, que Nietzsche plantea el concepto del poder y sus consecuencias prácticas en lo ético y lo político.

Y nuevamente, en esta dimensión, las correspondencias con el pensamiento de Spinoza se hacen fundamentales para la interpretación deluezeana. Ya que Deleuze, desde la afirmación de su perspectivismo spinozista, es capaz de captar los elementos críticos, emancipatorios y revolucionarios que desde la extrema positividad del “ser” va adquiriendo el poder en el pensamiento de Nietzsche, que a su vez, va a definir el conjunto de la filosofía de este último en los términos de la más absoluta inmanencia y radical materialismo.

Las dos líneas de sentido, en las que señalamos se articulan como engranes los conceptos políticos de Nietzsche, y nos permiten comprender más claramente su pensamiento político, son  las que denominaremos la dimensión “ético-individual” y la “político-civilizatoria”, que si bien interactúan todo el tiempo una en la otra y como conjunto, para efectos didácticos resulta adecuado presentarlas por separado. De tal manera, es posible comprender con mayor rigor y profundidad el pensamiento político de Nietzsche si como hace Deleuze procedemos a su estudio en los términos de estas dos dimensiones en relación con el pensamiento de Spinoza. Y si bien, Deleuze lo hace de manera implícita, centrando su atención más que en la exposición de cada una de estas dos líneas, en el desarrollo sistemático conceptual de su interpretación del pensamiento de Nietzsche, nosotros trataremos de hacer esta labor de manera explicita, pues además, simultáneamente trataremos de mostrar la manera en que trabaja el propio Deleuze a través de la exposición de estas dos líneas de sentido.

En términos generales la línea ético-individual implica la dimensión de la sensibilia, el ámbito de los afectos (sentimientos, deseos, pasiones, devenires) fundamental tanto para Nietzsche como para Spinoza, en el sentido de una “política de las pasiones”. Puesto que como advirtieron Nietzsche y Spinoza la política se juega no solamente en el ámbito de las instituciones sino, sobre todo, de la interioridad de los hombres produciendo o bloqueando sentimientos, y con ello, provocando comportamientos (servidumbre o libertad). De tal manera, en la vida concreta de cada hombre el tipo de comportamiento con que actúa en sus relaciones, desemboca en una instancia fundamental ha procurar desde la conciencia y el sentido que aporta una ética. 



martes, 19 de febrero de 2013

EL PUEBLO Y LA TIERRA DE LA POESÍA


La poesía materialista ha de ser poyesis y praxis o no será. Y de existir su poética, también materialista, se ocupará de la realidad que siendo infinita comprende lo existente y lo posible: el mundo real que como un vaso estrangula el alma de los hombres; pero sobre todo, los infinitos mundos posibles que la imaginación es capaz de concebir, y donde ser(í)á posible nuevamente respirar la vida.

Si la poesía (el arte) es poyética es porque crea-produce mundo. Y para el hombre su mundo es espacio vital, territorio y cuerpo. Entonces, la poesía produce si no la vida sí las formas de la vida, o para ser más precisos, los modos de vivir. Y entonces, la poesía y el arte adquieren el carácter de Ética al producir la interioridad del hombre, la casa que se habita (el ethos), el viejo sueño de los griegos y los románticos de convertir la vida en una obra de arte. Algo dramáticamente necesario en este tiempo pleno de confusión y muerte.

Ahora bien. ¿Qué clase de territorio y cuerpo, de mundo, ha de ser aquel que la poesía  es capaz de producir? ¿Uno irreal? ¿Uno ilusorio? La respuesta es dada en función de cómo concibamos a la literatura y los elementos con los que produce. Si la literatura solamente produjera con palabras su mundo no sería más que un discurso que no puede pasar de ser un "bello" discurso. Pero si entendemos que la poesía produce con estados del cuerpo y el pensamiento, con imágenes e ideas que conllevan sentimientos, pasiones, sensaciones y percepciones (aiestesis: lo sensible), entonces, lo que entra en juego es la determinación del cuerpo y la propia vida, el modo en que vivimos y como actuamos, ya que tanto el pensamiento como el cuerpo se van articulando en función de la regularidad y continuidad de sus estados.

La poyesis de las palabras muestra la importancia del pensamiento, las imágenes y los estados emocionales, una dimensión fundamental de lo humano pues todos y todo el tiempo estamos imaginando no solamente para entretenernos como se cree, de una forma por demás vulgar, sino que lo hacemos -imaginamos- al conocer, pensar,  recordar, desear; pero sobre todo, al actuar o no actuar, en función de lo que imaginamos son las cosas. En esta situación fundamentalmente vital la literatura es un instrumento extraordinario para imaginar y la poesía el arma por excelencia para hacerlo en las circunstancias más importantes de la vida, como desde la antigüedad dan testimonió las prácticas de los hombres en la mitología, la religión, las tradiciones y la magia, ámbitos donde se ha jugado el sentido y sobrevivencia de las comunidades y se han resuelto en los términos de la palabra poética.

La respuesta de qué clase de mundo es capaz de producir la poesía desde la  perspectiva de la poyesis se dice en plural y versa sobre lo posible: lo que produce la poesía es el conocimiento y la experiencia virtual de posibles modos de vida y nuevos mundos.


domingo, 20 de enero de 2013

LA POTENCIA DE LA IMAGINACIÓN EN DELEUZE

La política es la columna vertebral del pensamiento de Gilles Deleuze, quien toma como eje orientador de su pensamiento el desarrollo de los conceptos de Brauch de Spinoza y de Friedrich Nietzsche relativos a una nueva manera de considerar el fenómeno de lo político en términos de fuerzas e inmanencia.

Una precisión metodológica fundamental consistente en distinguir cuidadosamente el uso que Deleuze hace del término “poder” y del término “potencia”. Ya que si bien, la política es una constante en su obra la manera en que trata de abordarla y de resolver sus problemas dista mucho de las concepciones convencionales, y la manera que tiene de señalarlo es con el uso reiterativo de los conceptos y la eventual aclaración del sentido de los mismos. En estos términos, el objetivo del presente texto es ir más allá del condicionamiento teórico respecto a lo político y esbozar en qué consiste la política inmanente y corporal: la potencia. En la cual, lo político es lo más propio de cada ser humano, la fuerza inherente con y por la que cada cuerpo existe.

Fuerzas Inmanentes

Deleuze desarrolla su propio pensamiento dándole continuidad a los pensamientos de Nietzsche y Spinoza, en quienes ve una gran identidad. Y precisamente, para ambos pensadores resulta fundamental el desarrollo de una nueva concepción política a la cual arriban a través de todo el andamiaje conceptual en torno a la metafísica, la ética o la crítica a la teología. Dicha concepción política está definida en ambos pensadores por una inmanencia radical como el espacio privilegiado desde donde dirigen todas sus críticas a todas las instituciones de su tiempo, pero sobre todo, desde donde encuentran las claves que orientarán la producción de nuevos conceptos políticos.

La inmanencia es la perspectiva básica desde la cual parten los planteamientos de estos pensadores. Es una concepción unívoca de la realidad, según la cual, la realidad es una totalidad absoluta, tanto en sus causas como en sus efectos que no son sino las diferentes formas de manifestación de esa totalidad eterna, sin principio ni fin, sin adentro y sin afuera que engloba, explica e implica el Todo del Ser...


martes, 1 de enero de 2013

TRES COMUNICADOS DEL EZLN (2012-13) Y CARTA A LUIS H. ALVAREZ

Los recientes días han sido de emoción, agitación y expectativa en las montañas del sureste mexicano. El día 21 de diciembre, publicitado de manera morbosa internacionalmente como la fecha de la profecía maya del fin del mundo, puso las miradas del mundo en México y en los mayas verdaderos que aún están vivos y son los tojolabales, tzeltales, tzotziles, choles y mames integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, quienes hicieron acto de presencia después de dos años de una retirada al territorio que tienen liberado en el Estado de Chiapas, que constituye la tercera parte del territorio del Estado y tiene una extensión equivalente a la del territorio total del Estado de Suiza.

El 21 de diciembre reiniciaron las actividades públicas del EZLN con una manifestación en las localidades tomadas en su levantamiento la madrugada del 1 de enero de 1994 (fecha de entrada en vigor del tratado de libre comercio entre Canada, USA y México). Ocosingo, Altamirano, Las Margaritas y San Cristóbal de las Casas fueron ocupadas por 40 000 bases de apoyo, jóvenes milicianos del EZLN que son la primera generación nacida en el territorio liberado alimentados, educados y formados por las instituciones zapatistas, lo cual es un signo no solamente de la vitalidad del movimiento, pues implica la posibilidad del cambio de mandos, sino también de su eficacia para poder satisfacer realmente las necesidades de grandes grupos humanos.

La manifestación se dio en una marco de misterio y sorpresa, pues sin existir un anuncio previo las bases de apoyo se desplazaron desde el amanecer a los centros urbanos mencionados, el día que para ellos no significaba el fin del mundo sino el inicio de una nueva era de 394 años llamada Bak´tun. Las bases de apoyo marcharon en absoluto silencio durante cinco horas bajo la lluvia, construyeron pequeños estrados por los que todos los milicianos pasaron levantando el puño cerrado. Después se dieron a conocer los siguientes comunicados que rompen el silencio que durante cuatro años el movimiento ha mantenido y hablan de una nueva etapa del mismo a nivel nacional e internacional, en un tono sin temor y extremadamente propositivo para los siguientes meses en un medio social y político corrompido peligrosamente como lo es México. Disfruten, aprendan y llénense de alegre rebeldía con la palabra de vuelta con Nosotros del EZLN:


COMUNICADO DEL COMITÉ CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDÍGENA-
COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.
21 DE DICIEMBRE DEL 2012

A QUIÉN CORRESPONDA:


¿ESCUCHARON?
Es el sonido de su mundo derrumbándose.
Es el del nuestro resurgiendo.
El día que fue el día, era noche.
Y noche será el día que será el día.

¡DEMOCRACIA!

¡LIBERTAD!

¡JUSTICIA!

Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del
EZLN

Subcomandante Insurgente Marcos
México, Diciembre del 2012.