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La Vitalidad es el presente. Todo está en la vida y es la vida, los cuerpos mueren pero la vida continúa, es eterna. Siempre se está en medio de la vida y la vida en medio de nosotros. Nos atravisa para llegar a otros, así como atravesó a otros, para llegar hasta nosotros. La vida es incontrolable, poderosa, inalienable, misteriosa, creativa. La vida es salvaje: es el amor.



lunes, 27 de diciembre de 2010

El poder de cambiar y revolucionar

 





Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante ¡pero no digas no puedo ni en broma, porque el inconciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio, y te lo recordará cada vez que lo intentes!

                                            Facundo Cabral

                                       

                       Cambiar la vida dijo Rimbaud.
                    Transformar el mundo exigió Marx.

                                        Bretón

El hombre revolucionario

Un hombre revolucionario es aquel que ha perdido el miedo, el miedo al poder, a la ley, a la jerarquía. El miedo a cambiar su propia vida.

¡El pinche miedo al poder de la ley y la jerarquía!

Juan Carlos Méndez (autor de Magonismo e indigenismo) en el Centro social Obrero 24/11/10

1er Manifiesto infra




... Nos anteceden las MIL VANGUARDIAS DESCUARTIZADAS EN LOS SESENTAS
Las 99 flores abiertas como una cabeza abierta
Las matanzas, los nuevos campos de concentración
Los Blancos ríos subterráneos, los vientos violetas
Son tiempos duros para la poesía, dicen algunos, tomando té, escuchando música en sus departamentos, hablando (escuchando) a los viejos maestros. Son tiempos duros para el hombre, decimos nosotros, volviendo a las barricadas después de una jornada llena de mierda y gases lacrimógenos, descubriendo / creando música hasta en los departamentos,  mirando largamente los cementerios-que-se-expanden, donde toman desesperadamente una taza de té o se emborrachan de pura rabia o inercia los viejos maestros.

-Nuestra ética es la Revolución, nuestra estética la Vida: una-sola-cosa.
                                               *
Los burgueses y los pequeños burgueses se la pasan en fiesta. Todos los fines de semana tienen una. El proletariado no tiene fiesta. Sólo funerales con ritmo. Eso va a cambiar. Los explotados tendrán una gran fiesta. Memoria y guillotinas. Intuirla, actuarla ciertas noches, inventarle aristas y rincones húmedos, es como acariciar los ojos ácidos del nuevo espíritu.

  ¡Rimbaud, vuelve a casa!...


Connatus: voluntad y vitalidad inalienable


En Spinoza existe un concepto muy especial, que lo distingue notablemente del resto de pensadores de la filosofía política moderna, la variedad de contractualistas que van de Hobbes a Locke pasando por Rousseau.  Una diferencia profundamente cualitativa, que lo hace concebir consecuencias por completo diferentes a pesar de un origen común: que el poder, el derecho natural de cada uno y de todos nunca puede ser perdido, ni cedido, ni quitado totalmente por nadie. El poder de existir y hacer es con-natural al existente, es su esencia, es decir se es existencia y hacer siempre. Para existir es necesario un poder que conlleva necesariamente también a actuar.

Entonces, a diferencia del resto de pensadores, Spinoza concibe desde el principio hasta el final el carácter natural-esencial del poder y el derecho, tanto en el individuo como en la colectividad. Para él, nunca se pierde frente a otros el derecho a existir hasta que se muere ni el poder de defender y realizar la propia vida mientras se está vivo. Delegación y representación carecen de sentido y de razón de ser si atentan contra la vida y su plenitud.

Aún en la vida más menguada y sometida siempre existe, por más que se falseé o se niegue, un poder suficiente para vivir, para levantar la cabeza y las rodillas de donde sea.

Soberanía popular y Revolución

Existe un derecho a la revolución que va más allá de la resistencia, la rebeldía o la desobediencia civil y se menciona desde el Ius naturalismo de Tomas de Aquino. Es el derecho que tienen todos los pueblos a sustituir, modificar o eliminar los gobiernos. Derecho relativo a la soberanía popular, puesto que si el poder tiene su origen y sostén en el Pueblo, si el Pueblo es el originariamente soberano y el gobierno, sus funcionarios e instituciones solamente son sus representantes, siempre y en todo momento, el Pueblo tiene el derecho de ejercer esta calidad en su provecho y defensa. La soberanía es popular y el Pueblo nunca deja de tener la calidad de ser potencialmente revolucionario.

Como la creación es constante en la naturaleza, así, la constitución social ha de poder y debe ser también constante. Así también, la vitalidad es constante en la existencia del hombre.

Vitalidad salvaje y modernidad

La vitalidad, como naturaleza -derecho o potestad natural- ocupa un lugar fundamental en el discurso político y jurídico moderno. Es propio del mundo moderno concebir las cosas en términos humanos-naturales y ya no divinos-trascendentes, el origen y fundamento del poder deja de ser Dios para ser la naturaleza y después el hombre. Así las cosas el derecho natural, y con ello, el poder de la naturaleza del hombre, son la piedra de toque del discurso político, desde el principio de la modernidad, en las obras inaugurales de Maquiavelo y de Hobbes. Si tanto habla del poder aquel y de la constitución del poder social este, es porque por primera vez se concibe que la potestad, facultad y capacidad para todo hacer dependen por primera vez del hombre mismo y su colectividad.